La lactancia materna es uno de los actos de amor más hermosos entre una madre y su bebé, sin embargo hay ciertos factores por los que en algunos casos ellas no pueden dar pecho ya sea por alguna enfermedad, por la falta de producción de leche, por temor al dolor que pueda provocar la práctica de amamantar o simplemente por la decisión de no hacerlo.
El temor al dolor surge debido a que en ocasiones la succión del bebé hace que el pezón se agriete hasta que finalmente se rompe, causando incomodidades a la madre e incluso desencadenando en padecimientos más delicados como infecciones en la piel.
La clave para una lactancia sin dolor es que exista un buen agarre por parte del bebé. Lo ideal es que no se succione directamente del pezón sino que la boca del pequeño abarque la mayor parte de la areola y que sus labios estén situados hacia afuera.
Otra opción es el uso de pezones artificiales, generalmente hechos de silicona. Los colocas sobre tus pezones y la boquita del bebé no entra en contacto directo con los mismos.
Si de verdad la tolerancia del dolor es prácticamente nula, prueba con extraerte la leche y ofrecérsela a tu bebé en un biberón. Puedes ir almacenándola en el refrigerador para tenerla lista en la siguiente toma.
Aunque existen diferentes cremas y medicamentos para aliviar los pezones agrietados, los médicos y consejeras de lactancia materna recomiendan el uso de la misma leche materna para que estos sanen. Únicamente se deben colocar unas cuantas gotas en la zona afectada y dejar secar al natural.
Beneficios de la lactancia materna
Darle pecho a tu bebé ayuda a fortalecer vínculos entre tú y él pues se fomenta el apego. En el caso de que no puedas amamantar, puedes optar por colocar el biberón cerca de tus senos para que el bebé sienta tu calor y tu olor.
La leche materna es el alimento más completo para el bebé desde los 0 hasta los 6 meses de edad ya que la misma contiene agua, azúcares, proteínas y grasas, elementos que mantendrán la saciedad durante un período prolongado de tiempo.
La composición de la leche va variando según los requerimientos del lactante. Los primeros días se produce el calostro, también llamado oro líquido pues tiene lo necesario para el sustento del bebé, además que estimula su aparato digestivo para la expulsión del meconio que son las primeras heces que evacua el infante.
A medida de que el lactante va creciendo, la leche va surgiendo cambios, incluso ésta se adapta si el bebé presenta algún cuadro viral.
Está comprobado que los bebés que reciben lactancia materna son menos propensos a desarrollar enfermedades como alergias, cólicos y obesidad infantil, además que la misma funciona como una vacuna que fortalece al sistema inmune.
Be the first to comment