La paternidad es un acto heroico.
La persona que dijo que la paternidad era cosa sencilla, estaba completamente errado. Ser padres no es nada fácil, pero eso no significa que sea una tarea complicada que nadie puede llevar a cabo. Puede ser que al principio lo veas todo sumamente difícil, hasta se te hará complicado no regañar a tus hijos cuando estés muy estresado, pero recuerda, que jamás debes dejar que tus hijos te vean gritar y dejar que la ira te consuma por completo.
Hacer ello puede significar un gran error para el futuro de tu hijo.
Nunca es demasiado tarde para convertirse en el mejor padre del mundo, solo necesitas un poco de más información sobre como llevar las coas sin recurrir a la ira y comenzar a comunicarte con tus hijos de manera adecuada.
¿Por qué hay que evitar gritarles a los hijos?
Encuentra el detonante de tu ira
Gritarle a los niños está mal, aunque algunas veces los padre no lo pueden evitar. La mejor forma de poder evitar el impulso gritar, es buscando el detonante de aquella ira.
Si de verdad quieres superar aquel impulso y no darle una mala imagen de ti a tu pequeño, solo debes anotar todo lo
que te irrita y causa que tu nivel de estrés se eleve. Incluso, repetirte mentalmente un mantra como «Amo a mi hijo» te será muy funcional para evitar la ira y luego te arrepientas de lo que has hecho.
Encuentra tu camino para controlar la ira
Una vez que haya encontrado aquel detonante de ira y frustración, el poder que este ejercía sobre ti se debilitara. Hay es cuando debes comenzar a buscar una solución más efectiva para drenar la frustración: cuenta hasta diez (10), respira profundamente o utiliza un squishy.
Conejo: ¿Has visto la película “Locos de ira”? Sucede que, en esta cinta cinematográfica, los personajes tenían que decir la palabra: gusfraba cantando durante un estallido de irá. Crea tu propia frase y a través de ella puedes drenar el enojo.
Aprende a expresar las emociones negativas sin agresión
Tienes que aprender a controlar tus emociones negativas antes de que estas te controlen. No obstante, es importante que aun no reprima tus propios sentimientos, sino que aprendas a expresarlos de una manera constructiva, en lugar de elevar la voz, intenta buscar nuevas soluciones:
- Usa mensajes: “me molestó tu comportamiento”. Esta pequeña frase te permitirá expresar los sentimientos negativos de mejor manera, y con ello no ofenderás a tu hijo.
- Convierte lo malo en bromas: cualquier situación puede convertirse en algo divertido para tu hijo. Si de algo te ayuda, puedes convertir el mal humor en algo divertido.
En todo caso, si aquella ira y frustración no desaparecen por completo, lo más recomendable es que te disculpes con tus hijos y así demostrarle que hasta los adultos se equivocan y deben disculparse igualmente, y explícale el porque actuaste de esa manera.
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